A nadie le gusta el estrés, los gerentes de equipos en dificultades luchan por liderar a sus empleados desgastados y luchan por mantener a sus compañías productivas.
Sin embargo, no todo el estrés es malo. Eustrés (un tipo positivo de estrés), a diferencia de la angustia, describe las molestias psicológicas que son beneficiosas para la persona que las trata, según Alia y Thomas Crum en Harvard Business Review, las personas que aprenden a lidiar con el estrés de una manera positiva están mejor equipadas para manejar los desafíos y evitar el agotamiento.
"El estrés es una parte natural de la vida", dice Curt Cronin, ex Navy SEAL y cofundador de Ridgeline Partners. "Si huimos de él, no podemos aprender; pero, si lo aceptamos, emergemos de la experiencia más fuerte y más preparados para enfrentar desafíos más difíciles en el futuro "
Los líderes pueden ayudar a sus equipos a evitar el agotamiento y mantenerse productivos, pero para hacerlo, primero deben cambiar sus propias ideas sobre cómo funciona el estrés.
El buen tipo de estrés.
En términos de evolución, el estrés es el estado en el que entra el cuerpo cuando siente una amenaza inminente, es una gran parte de la respuesta de lucha o huida, que inspira a las personas a huir de los problemas o a abordarlos de manera agresiva.
Un poco de estrés puede motivar a alguien a enfrentar los desafíos del día y trabajar más duro para alcanzar metas importantes; demasiado estrés, sin embargo, convierte la motivación positiva en reacciones negativas, de hecho, el estrés excesivo puede causar enfermedades, afectar negativamente las relaciones y obstaculizar la productividad.
Desafortunadamente, los líderes no siempre pueden controlar la cantidad de estrés que enfrentan sus equipos, los plazos ajustados, las demandas de los clientes y las preocupaciones presupuestarias pueden convertir los días normales en situaciones de pánico; en lugar de intentar influir en los factores que están fuera de su control, los líderes deben aprender a ver las situaciones estresantes como desafíos que están preparados para enfrentar, y alentar a sus equipos a hacer lo mismo.
El estrés como herramienta motivacional.
Los líderes pueden seguir mejores prácticas para transformar el estrés de un obstáculo imponente en un arma poderosa:
1. Identificar los factores de estrés.
La investigación de un equipo de neurocientíficos encontró que simplemente reconocer una situación estresante puede cambiar el cerebro de un estado de pánico a uno proactivo; el estrés no se irá solo, en lugar de esconderte de él, ponle un nombre y enfréntalo para limitar su poder.
Retrasar la respuesta al estrés hace que sea más fácil de manejar; cuando alguien da malas noticias, no permitas que cree una nube que se cierne durante todo el día, establece un tiempo para planificar una respuesta al problema y manejar las tareas que ya están en el calendario para que puedas volver al problema más tarde, y listo para resolverlo. Si el problema requiere una acción inmediata, tómate un minuto para sentarse en silencio y planificar una respuesta en lugar de irrumpir sin una agenda.
2. Rompe el estrés en trozos más pequeños.
Los grandes problemas crean gran estrés, en lugar de atacar directamente a los grandes factores estresante, divídelos en componentes más pequeños y delega la responsabilidad de cada componente a una persona diferente. Comunique todo el problema a los miembros del equipo para que comprendan el contexto de su trabajo.
Este enfoque tiene dos propósitos. Primero, aumenta el compromiso al mostrarles a los empleados el valor de su trabajo al conjunto. En segundo lugar, reduce el estrés individual que siente cada miembro del equipo, ya que cada persona trabaja en una tarea específica que da menos miedo que la suma de las partes. Los gerentes pueden reducir sus propios niveles de estrés al hacer un seguimiento de la contribución de cada componente a la solución, en lugar de a la inmensidad del problema.
3. Traducir el estrés vago en hechos definidos.
La ansiedad del estrés no tiene dirección. En un ambiente estresante, las personas sienten la nube de estrés encima de todo su trabajo, a menos que aíslen ese estrés vinculándolo con acciones específicas y alcanzables.
Reduce el ancho de banda del efecto del estrés conectando dicha sensación a los plazos concretos. Investigaciones de la Universidad de Rochester encontraron que los estudiantes que vieron sus inquietudes previas a la prueba como un factor motivador positivo se desempeñaron mejor que los estudiantes que no replantearon sus sentimientos estresantes. Cuando los miembros del equipo completan la tarea asociada con el estrés, se liberan de la carga del sentimiento y obtienen una sensación de logro en el proceso.
El estrés en el trabajo es inevitable, pero no tiene que ser desagradable. Siguiendo estos consejos y reformulando el estrés como un factor motivador, los líderes pueden ayudar a sus equipos a mantenerse enfocados y lograr más, sin importar cuán grande sea la tarea.
